Puedo sentir como mi piel se eriza, tan solo con recordar su cuerpo perfecto.
Aprisionándome. Sin escapatoria. Sobre mi.
Recuerdo como mantenía mis manos prisioneras... y, el deseo de querer tocarlo era irremediablemente irresistible.
Jamás habría creído posible tanto placer, nunca había imaginado que aquel deseo extremo fuera posible.
Y ahí estaba yo. Temblando.
viernes, 4 de julio de 2014
Otro recuerdo (De cuando te quería)
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