lunes, 5 de mayo de 2014

Quererte

Y te empecé a querer aún sin quererlo.
Y el deseo de extendió por mi ser. Junto a la sangre corriendo por entre mis venas; Como un torrente de agua que surge sin más; Como una ilusión que aparece y desaparece en inmediatos segundos; Como una lágrima que emana de mis ojos para morir en tú labios.
Sólo el deseo de tenerte en frente.
Para empezar a vivir.
Para morir en ti.
Dulce y agresivo pensamiento que aparece reflejado con tú inminente imagen. Tu recuerdo.
Difícil de expresar.
Intenso sentimiento.
Vivaz. Prepotente. Incuestionable.
Terriblemente hermoso.
Unos labios jamás vistos, que siempre quise besar. Tus labios. Tú. Entero. Mío.
Pensamiento que me rompe en mil pedazos y de mil maneras diferentes.
Y el dolor, inevitable, de mi corazón herido.
Pero eso viene después.
Primero es bueno. Es todo. Es perfecto. Indestructible. Lo mejor. Y así lo crees. Así lo sientes.

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