Cuando te entra la depresión.
Cuando sientes que no vales nada y que a nadie le importas.
Cuando NADIE te entiende.
Cuando quieres y sientes morir.
Cuando te sientes solo.
Cuando no tienes apoyo alguno.
Cuando necesitas hablar y nadie te habla.
Fluye en tus manos como en tu mente la ira reprimida.
Arrastrándote.
Y tienes que alejarte, encerrarte, calmarte.
Para no dañar a nadie.
Para no hacerte daño.
Para no arrepentirte.
Para dejar de sufrir...
Para empezar a fluir.
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