lunes, 1 de septiembre de 2014

Falla, vuelve a fallar, falla mejor..

Tal vez estás esperando a la persona que haga una locura por ti:
Aquella que escriba "tú y yo a tres metros sobre el cielo" en el puente, aquella que vuele de una ciudad a otra sólo para verte, o con la que estés todo el día discutiendo pero luego no puedas vivir sin ella.
Tal vez esto sea culpa de ideales que toda una vida has visto en películas o leído en novelas.
Quizás sólo sea aquello de los príncipes azules que siempre se ha hablado.
Puede que seamos unas soñadoras empedernidas.
Puede que busquemos una historia con la misma magia que cualquiera de las historias que tenemos en mente, una historia única, diferente, que sea romántica, sin llegar a empalagar.
Pero a quién no le gustaría encontrar una persona que lo diera todo por ti, alguien que viajara kilómetros para verte, que te sorprendiera en la puerta de tú casa un día cualquiera, alguien que te sorprenda tanto con una rosa como con una anilla del refresco de cocacola.
Esa persona que no le importe lo mínimo que dirán los demás. Aunque os pusierais a bailar bajo un aguacero de lluvia o frenárais el coche en medio de la calle para bailar, o fueras empujada a una piscina con la ropa puesta o cargada al hombro por un chico, sin importar esas miradas ajenas.
Cientos de historias se agolpan en mi cabeza, cientos de ejemplos. Películas y libros de todos los géneros con sus historias de amor.
Cada historia acontece en lugares variados, desde un famoso barco hasta un instituto de pueblo, desde una tienda de animales o un hotel, hasta un ascensor o un parque. Cualquier escenario es bueno para una de estas historias de amor.
Toda mujer a soñado en algún momento con ellas.
Es bueno fantasear con ellas pero no hasta el punto de obsesiónarse.
Yo creo que son posibles esas historias, pero en ellas está presente el destino y no todos creen en él. Pero yo si creo en él.
Dicen que lo último que se pierde es la esperanza..
Y si lo que quieres que pase no ocurre, algo al respecto habrá que hacer.
Si él no se arriesga por ti hazlo tú por él.
A veces merece la pena insistir. Porque quien no arriesga no gana... Y si no lo intentas llevarás las de perder. Más vale intentarlo y fallar que no intentarlo y pasar el resto de tú vida pensando qué hubiera ocurrido.

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