A veces te fallan y a veces fallas, así es la vida. Te caes, te levantas, te ayudan o te arrastras. Hay opciones, hay decisiones. A veces eres tú o los demás. Tiene que haber equilibrio. Blanco o negro no es la salida. Los grises a veces también son solución. Los días oscuros son buenos para valorar los días claros. A veces aprendemos a nadar ahogándonos y a veces volamos bien alto tumbados en nuestra cama. Que la vida es muy jodida si nos paramos a pensar por los demás, a cavilar sobre qué dirán, a anudarnos la hipofrenia como si una camisa de fuerza se tratara, que eso no nos lleva a nada. Tenemos que aferrarnos al borde del precipicio porque nos va la vida en ello. Porque la vida es nuestra. Tenemos que agarrarla como si fueran billetes de quinientos euros. Y mirarla con ojos brillantes como si del primer amor se tratase. Pero tenemos que saltar y no abrir el paracaídas hasta el último momento. Hace un tiempo leí que «las locuras que hacemos hoy serán las grandes historias del mañana» y qué razón tiene. Hay que arriesgarse y disfrutar del trayecto, que cuando llegue nuestro momento de acomodarnos a ver el final, digamos: "¡Joder, ha merecido la pena!"
viernes, 22 de julio de 2016
jueves, 21 de julio de 2016
#3
Permíteme que sea sincera,
a veces me rompo en pedazos y
los esparzo para no encontrarlos,
pero luego termino buscándolos
para volver a romperlos,
¿habrá alguien que quiera reconstruirnos?
viernes, 15 de julio de 2016
miércoles, 13 de julio de 2016
#2
Siempre hay una luz al final del túnel.
La inspiración llega en el momento más inesperado.
Cuando estás triste y todo es gris.
Por eso siempre hay que tener las acuarelas a mano.
Y no evitar sonreír.
Porque la esperanza llega en el momento más crítico, cuando a uno no le quedan fuerzas para luchar.
martes, 5 de julio de 2016
Volver a peinarnos…
¡Despéinate! Que la vida es para eso…
Que de nada vale un pelo bien peinado si no hay quién nos lo despeine, si no hay qué nos lo despeine.
¡Despéinate! Haz mil locuras, vive a lo grande…
Viaja incansablemente, conoce nueva gente, nuevos lugares, nuevas culturas, nuevas tradiciones y comidas.
¡Despéinate! Ámate por encima de todo. Pero cuando tengas que querer, quiere de verdad, hazlo, sin medida, ama dejándote el alma, dejando un pedazo de ti en cada cosa o persona a la que ames, de tal forma que cuando no estés, pase lo que pase, sigan recordándote.
Odia de la misma forma, para que aprendan a respetarte, que no se olviden de ti, de quién eres y que a ti nadie te lastima.
¡Despéinate! Olvida y perdona. Olvida todo lo que te haga daño y ante todo perdona. Porque somos personas y hasta tú mismo, puedes equivocarte.
Y eso es la vida, equivocarse y fracasar para aprender. El día a día siempre tendrá algo que enseñarnos. Tanto la vida como el colegio nos preparan para el futuro, cada uno a su manera. Y nosotros tenemos que afrontarlos.
Aprender y proceder. De eso se trata.
¡Despéinate! Ríe, ríe hasta llorar, ríe sin vergüenza, de ti mismo, solo o en compañía pero ríe siempre y no ocultes tu sonrisa al mundo porque esos pequeños gestos como lo es sonreír, salen del corazón, involuntarios, a veces sin motivo, de forma tonta, pero son gestos sinceros, reales, es nuestra alma desnudándose ante otra y mostrándose tal como es.
¡Despéinate! Y sueña alto, sueña sin límites, sin metas, sin restricciones, sueña a pesar de fallar una y otra vez, porque hemos aprendido a resistir y persistir.
¡Despéinate! Porque para eso es la vida…
Una racha de viento inesperada, un diente de león movido por el viento y todos nuestros proyectos volarán alto para cumplirse o lejos para olvidarse.
Tus sueños echados a suerte. Cara o cruz.
Por eso merece la pena que en el trayecto gozes y ¡te despeines! ;)