Siempre hay una luz al final del túnel.
La inspiración llega en el momento más inesperado.
Cuando estás triste y todo es gris.
Por eso siempre hay que tener las acuarelas a mano.
Y no evitar sonreír.
Porque la esperanza llega en el momento más crítico, cuando a uno no le quedan fuerzas para luchar.
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