Esta mañana desperté recordando que ayer me quedé dormida con lágrimas en los ojos.
Desperté y pensé en mi, en mi vida, ¡qué triste!
Como todas las mañanas me hice la remolona e ignoré el despertador, al que sólo dejo que grite dos segundos antes de condenarlo a muerte.
Me dije que estoy malgastando mi tiempo, que debería aprovecharlo, me dije tantas veces lo mismo, que de tanto decirlo acabé ignorandome.
Ahora como siempre me levanto en el último momento para ordenar esto y aquello, sólo por encima, no muy a fondo.
Me levanto para no escucharla.
Porque es lo que debo hacer.
Porque no tengo nada que hacer.
Siempre la escucho.
Siempre dice que no lo hago.
Siempre me siento mal y me culpo por ello.
Pero hoy ya es otra noche a la que he sobrevivido.
Hoy.
Otro día que espera a que pasen las horas y llegue el siguiente..
martes, 15 de abril de 2014
Otra Noche
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