Lloré tantas palabras que creí quedarme afónica y pensé que no volvería a escribir...
Pero aunque creamos que las cosas buenas siempre desaparecen, que se acabarán, no es así.
Se ausentan, eso sí, es inevitable pero vuelven, vuelven mejor, con más fuerza, o traen algo mejor.
Aunque ahora no lo creáis, ya llegará, darles tiempo...
viernes, 7 de octubre de 2016
#5
sábado, 3 de septiembre de 2016
Luna
Atraviesa mi mundo con tus sonrisas como si de la Luna se tratase. Imparable, yo velaré por ti cada noche. Recorriendo tu figura como mi planeta tierra. Ríos, mares y montañas con mi nombre tatuado en cada rincón.
Quiero ser quien te recuerde cada noche, como el agua a la Luna, lo bella que es. Lo hermoso de ti, que aunque salga el sol, tú, nunca te escondes.
viernes, 2 de septiembre de 2016
sábado, 27 de agosto de 2016
domingo, 7 de agosto de 2016
sábado, 6 de agosto de 2016
viernes, 22 de julio de 2016
A veces
A veces te fallan y a veces fallas, así es la vida. Te caes, te levantas, te ayudan o te arrastras. Hay opciones, hay decisiones. A veces eres tú o los demás. Tiene que haber equilibrio. Blanco o negro no es la salida. Los grises a veces también son solución. Los días oscuros son buenos para valorar los días claros. A veces aprendemos a nadar ahogándonos y a veces volamos bien alto tumbados en nuestra cama. Que la vida es muy jodida si nos paramos a pensar por los demás, a cavilar sobre qué dirán, a anudarnos la hipofrenia como si una camisa de fuerza se tratara, que eso no nos lleva a nada. Tenemos que aferrarnos al borde del precipicio porque nos va la vida en ello. Porque la vida es nuestra. Tenemos que agarrarla como si fueran billetes de quinientos euros. Y mirarla con ojos brillantes como si del primer amor se tratase. Pero tenemos que saltar y no abrir el paracaídas hasta el último momento. Hace un tiempo leí que «las locuras que hacemos hoy serán las grandes historias del mañana» y qué razón tiene. Hay que arriesgarse y disfrutar del trayecto, que cuando llegue nuestro momento de acomodarnos a ver el final, digamos: "¡Joder, ha merecido la pena!"
jueves, 21 de julio de 2016
#3
Permíteme que sea sincera,
a veces me rompo en pedazos y
los esparzo para no encontrarlos,
pero luego termino buscándolos
para volver a romperlos,
¿habrá alguien que quiera reconstruirnos?
viernes, 15 de julio de 2016
miércoles, 13 de julio de 2016
#2
Siempre hay una luz al final del túnel.
La inspiración llega en el momento más inesperado.
Cuando estás triste y todo es gris.
Por eso siempre hay que tener las acuarelas a mano.
Y no evitar sonreír.
Porque la esperanza llega en el momento más crítico, cuando a uno no le quedan fuerzas para luchar.
martes, 5 de julio de 2016
Volver a peinarnos…
¡Despéinate! Que la vida es para eso…
Que de nada vale un pelo bien peinado si no hay quién nos lo despeine, si no hay qué nos lo despeine.
¡Despéinate! Haz mil locuras, vive a lo grande…
Viaja incansablemente, conoce nueva gente, nuevos lugares, nuevas culturas, nuevas tradiciones y comidas.
¡Despéinate! Ámate por encima de todo. Pero cuando tengas que querer, quiere de verdad, hazlo, sin medida, ama dejándote el alma, dejando un pedazo de ti en cada cosa o persona a la que ames, de tal forma que cuando no estés, pase lo que pase, sigan recordándote.
Odia de la misma forma, para que aprendan a respetarte, que no se olviden de ti, de quién eres y que a ti nadie te lastima.
¡Despéinate! Olvida y perdona. Olvida todo lo que te haga daño y ante todo perdona. Porque somos personas y hasta tú mismo, puedes equivocarte.
Y eso es la vida, equivocarse y fracasar para aprender. El día a día siempre tendrá algo que enseñarnos. Tanto la vida como el colegio nos preparan para el futuro, cada uno a su manera. Y nosotros tenemos que afrontarlos.
Aprender y proceder. De eso se trata.
¡Despéinate! Ríe, ríe hasta llorar, ríe sin vergüenza, de ti mismo, solo o en compañía pero ríe siempre y no ocultes tu sonrisa al mundo porque esos pequeños gestos como lo es sonreír, salen del corazón, involuntarios, a veces sin motivo, de forma tonta, pero son gestos sinceros, reales, es nuestra alma desnudándose ante otra y mostrándose tal como es.
¡Despéinate! Y sueña alto, sueña sin límites, sin metas, sin restricciones, sueña a pesar de fallar una y otra vez, porque hemos aprendido a resistir y persistir.
¡Despéinate! Porque para eso es la vida…
Una racha de viento inesperada, un diente de león movido por el viento y todos nuestros proyectos volarán alto para cumplirse o lejos para olvidarse.
Tus sueños echados a suerte. Cara o cruz.
Por eso merece la pena que en el trayecto gozes y ¡te despeines! ;)
lunes, 4 de julio de 2016
martes, 21 de junio de 2016
Jaime Gil de Biedma
«…cuánto quise morir o soñé con venderme al diablo, que nunca me escuchó. Pero también la vida nos sujeta porque precisamente no es como la esperábamos.» Jaime Gil de Biedma
Pablo López
«Nos hicieron pequeños, nos soñamos gigantes, pobres gigantes, tan grandes que olvidamos el mundo.» Pablo López
domingo, 15 de mayo de 2016
jueves, 17 de marzo de 2016
Ella
[…] El tenía la sonrisa triste. No creas que no me he fijado que cuando estoy con él no es tan triste. También he notado como me mira, más de mil veces lo he sorprendido.
Al principio apartaba sus ojos rápidamente como si no le hubiera pillado, pero ahora la mantiene. Su mirada fija en mí. Más aún cuando me tapaba la cara al reír. Le veía a través del escudo de mis dedos o de mi pelo, muerta de vergüenza. Sin embargo en realidad no lo veo, porque suele esconder su mirada tras unas gafas de sol oscuras, pero de todas formas disimula fatal.
He notado que cada vez que me río, su boca se tuerce ligeramente hacia la izquierda en una pequeña sonrisa. Tal vez sean ilusiones mías pero… Lo he visto parpadear varias veces cada vez que lo pillo mirándome y otras veces escucho su risa disimulada, fingiendo que no lo he descubierto.
Muchas veces lo veía acompañado por sus amigos haciéndose bromas y cuándo algo le hacía mucha gracia se agarraba la barriga y echaba su cabeza hacia atrás, lo cual hacía que sus gafas se cayeran y mostraba esa mirada pícara. A veces me veía mirándole y me guiñaba un ojo, a mí me encanta cuando lo hace, con ese descaro, y yo, cómo no, con mis mejillas coloradas.
Alguna que otra vez, cuando estoy concentrada, noto unas manos en mis ojos e instintivamente sé que es él para decirme que sonría y que no baje la cabeza avergonzada.
Sé que si estoy mal será el primero en espantar mi tristeza, vendrá y la estrangulará con sus abrazos fuertes.
No sé cómo he llegado a quererlo tanto en tan poco tiempo, que desde el día que choqué con él, es como si se hubiera metido dentro de mi piel, siendo parte de mí.
Como si aquel día su sonrisa triste colisionara con mi timidez y colapsaran. Dándo nueva energía a nuestra vida.
Y no sé si él lo sentirá así, si creerá que estoy loca, si me dirá que no, pero para mí ya no es mi amigo, sino algo más…
Si me dice que sí, dejará de tener la sonrisa triste. […]
Él
[...] Se tapaba la cara cada vez que reía. Me recordaba a mí años atrás. Yo siempre le decía que no lo hiciera, que era más bella cuando reía. Ella sólo me miraba y mostraba una tímida sonrisa.
Una vez alguien me dijo que nunca dejara de sonreír porque las cosas siempre pueden ir peor si no las tomas con buen humor. Hasta ahora nunca lo he olvidado. Y ella merece que se lo diga.
Tiene unos ojos únicos, a donde quiera que vaya llaman la atención de cualquiera que sepa apreciar las cosas hermosas. Me he fijado tantas veces en ella. Cuando está sola, va seria, incluso triste, pero cuando va acompañada siempre está sonriendo, contagiando su alegría. Es curioso como reacciona el cuerpo al reír. Por ejemplo cuando ella ríe, sus mofletes se hinchan haciendo que sus ojos se achiquen. Y brillan, sus ojos tienen magia y siempre muestran algo de esperanza. Cuando se pone nerviosa o tímida baja la cabeza y siempre tengo que decirle que quiero ver sus ojos, que no los oculte al mundo. Pienso que es porque tiene miedo a que le hagan daño. A veces me quedo en silencio viéndola dormir, otras sin embargo la miro cuando canta, haga lo que haga siempre es hermosa.
En la calle suele ser una chica tímida y cuando está en confianza siempre alocada. Y no me canso de observarla. Es parte de mí aunque aún no sea consciente. A veces se mira al espejo y tengo que gritarle para que me haga caso o me escuche. Otras veces ni se mira porque no le gusta lo que ve y no se valora. Pero tengo que agitar la mano delante de su cara o apretarla en un fuerte abrazo para que se dé cuenta de que estoy con ella. De que tiene que quererse más. Yo seré su amor propio, su amigo, su confidente, seré lo que ella quiera. Algún día se dará cuenta de lo que hago por ella, yo no le diré nada. La quiero. Y se dará cuenta.
Además, ahora ya no se tapa la cara cuando se ríe [...]
Cerrar los ojos para ver
Es imposible evitarlo…
Cada vez que cierro los ojos veo el pasado, mí pasado. Y no me reconozco. Cuánto tiempo a pasado y qué es de aquella chica tímida y enfadada con el mundo. Aquella que tenía miedo de ser ella misma, aquella que temblaba y a la que le fallaba la voz cada vez que tenía que decir una palabra ante cualquier persona, aquella que se sentía como una idiota ante cualquier situación por creer que siempre hacía las cosas mal, la que cada vez que se ponía nerviosa no sabía ni su nombre…
Pero no nos engañemos, esa chica sigue estando, en el fondo, escondida, superada, siendo parte de lo que es ahora. Ahora es distinto los miedos siguen estando pero bajo sus pies. Ha aprendido a estar sola y afrontar sola todo, aunque también ha aprendido el significado de las palabras familia y amistad y sabe que no puede confiar en la lealtad y sinceridad de todo el mundo. Solo de unos pocos. Ha aprendido. Lecciones y traiciones. Retos diarios. Fracasos, disgustos. Pero ante todo intentando llevar siempre una sonrisa. Aprendiendo que lo importante en la vida es disfrutar al máximo cada momento, aún haciendo el idiota. Risas y amor. Cada segundo repleto de felicidad.
Da igual mi pasado o mi futuro, lo importante es lo que soy ahora, sin olvidar nunca de dónde vengo.
Por eso siempre cierro los ojos…
lunes, 8 de febrero de 2016
Pueden pasar mil años...
Puede que esté más gorda, más delgada, que sea pequeña o que esté más alta, porque los años pasan.
Puede que mi pelo esté echo un desastre, que no esté liso, ni rizoso, que el aire lo haya despeinado, que me lo haya teñido, que no esté tan corto o que haya crecido y lo haya cortado, porque he cambiado cada año.
Puede que mi ropa sea varias tallas más grande o pequeña, que esté desgastada o perfecta.
Puedo vestir ancho, ajustado, puedo ir pija o informal, con pantalones anchos o vestidos ajustados, cualquiera puede ponerse cuatro trapos, cada uno tiene su gusto, porque con el tiempo vamos cambiando.
Puedo llevar gafas o lentillas, o nada, lo que necesite.
Puede que mis uñas estén pintadas y arregladas o puede que no.
Puede que en mi rostro haya maquillaje o simplemente no lleve nada.
Puedo llevar unos zapatos andrajosos o realmente nuevos y brillantes.
Puede.
Pero qué importa cómo vista, cómo peine, si llevo gafas o si estoy gorda, si estoy maquillada o cualquier cosa que veas en mi fachada, porque realmente es lo que es mi aspecto, un disfraz, el cual tratamos de embellecer para que nos acepten.
Puede que no pueda permitirme mejorar mi aspecto o que no sepa o que crea que está bien porque así me gusta.
Lo que está claro es que pueden pasar mil años, puedo tener más o menos, pero yo seré la misma con o sin, porque puedes mejorar tu presencia, pero tu carácter y tu personalidad (o falta de ella) acabarán viéndose detrás de esa máscara.
Pueden pasar mil años y mil más que yo seguiré siendo la de siempre.
miércoles, 27 de enero de 2016
Tentación
No hay tan sólo un día que te olvide
O que no me arrepienta de haberte probado.
Fruto prohibido era pensarte, ni imaginarte debía,
Como dulce alimento me tentaste y fui a morderte.
Eras mi tabú, mi árbol de la Ciencia y mi serpiente,
Tanto bueno como malo. Tú me engañaste
Y yo decidí pecar...
Demasiado tarde
Qué fácil y qué rápido se rompen las cosas, el amor, la amistad, como un jarrón... Pero cuando pretendes arreglarlo te das cuenta de las grietas, de que faltan pedacitos, la confianza no es la misma. No pretendas arreglar algo que está roto si no recoges todos los pedazos que tú mismo has fracturado. Si alguna pieza falta no podrás. Y te falta, lo sabes. Aunque no lo quieras ver. El jarrón no significa nada, se remplaza por otro y ya está, pero el sentimiento que tenías por él, eso lo significa todo. Una vez toca el suelo y se va desintegrando algo en ti cambia, es tu corazón, resquebrajándose y, hago hincapié de nuevo, la confianza, quebrantada. Es muy fácil romper algo. Es muy fácil mentir. Es muy fácil que alguien te controle. Es muy fácil dejarse llevar. Es muy fácil criticar. Es muy fácil borrar algo o alguien si no te importaba. Es muy fácil ser mala. Es muy fácil ser grosero. Es muy fácil señalar. Es muy fácil hablar. Pero cuando alguien tiene que controlar su mal carácter, su rabia, sus ganas de hacerse daño porque se siente inútil, infravalorado, criticado, vapuleado, rechazado, ignorado, porque siempre le han considerado alguien tonto, infantil, inmaduro y sabe dios que mil cosas más, no es nada fácil. No es fácil estar midiendo la palabras con todo el mundo por no querer hacer daño, no es fácil tener que decir sí a todo o callar y aguantar porque nadie te da vela en ningún entierro, porque nadie te tiene en cuenta, no es fácil ponerse en la piel de otra persona, no es fácil escuchar, no es fácil sentir propio lo que los demás sienten, no es fácil ocultar tus sentimientos durante toda una vida, no es fácil aguantar que te traten como mentiroso una y otra vez y no poder hacer nada, y ver como alguien está alejándose de ti, como otra persona aleja a ese alguien de ti, como tú inevitablemente te alejas, porque mejor estar sola que es como siempre has estado... Ahora, no me vengas a decir qué es fácil o qué no lo es, porque puedo ser más joven que tú pero te aseguro que siento más que tú y que sé lo que no es fácil. Puede parecer que soy fría y que tengo un corazón de hielo pero prefiero eso antes que demostrar algo que no siento. Pídeme cualquier cosa hace un año y yo lo daría todo. Pero hoy ya no, hoy está empezando a ser demasiado tarde.